La pisada del Inka

En el altiplano paceño encuentran la huella humana petrificada más antigua del mundo, que podría ser de hace diez a quince millones de años, el hallazgo será presentado al gobierno, este jueves, por la “Comunidad de la Sabiduría Ancestral” (Wiñáytaypiqala), confirmaron los miembros de esta agrupación internacional.

Este vestigio, conocido como “la pisada del Inka”, está ubicado en Sullkatiti Lawaqullu, fue descubierto por Fanny Pimentel a finales de octubre del año pasado, quien tomó una fotografía y la presentó al equipo técnico de la Comunidad, que luego inició los estudios y análisis que permiten poner a disposición de la colectividad científica nacional e internacional este hallazgo.

La pisada humana descubierta en el altiplano paceño “es una huella paleontológica muy antigua de la época terciaria, cuando se estaba formando la cordillera de los Andes y en especial las serranías cercanas al lago Titikaka”, señala el informe que la Unidad Nacional de Arqueología (UNAR) remitió al municipio de Jesús de Machaqa.

El dato de la huella con mayor antigüedad fue anunciado en agosto del año pasado, indicando que arqueólogos egipcios encontraron la huella humana que entonces podía ser la más antigua, se calculaba que “podría ser de hace dos millones de años”.

IMPORTANCIA
El descubrimiento de esta huella “no coincide con datos que tiene la ciencia moderna sobre la aparición de los humanos en el planeta”, por lo tanto, “se la ha calificado de “muestra especial”, por lo que la Comunidad de la Sabiduría Ancestral y UNAR presentarán los resultados de la investigación al gobierno.

Esta “muestra especial” debe “ser protegida”, tanto por la comunidad del entorno donde fue encontrada la pisada humana como por el gobierno, por lo que la exposición pública se realizará este jueves en el Ministerio de Relaciones Exteriores, en un acto programado para las 11:00 de la mañana.

PROCESO DE INVESTIGACION
El proceso de investigación comenzó con el análisis podológico de la huella, que en diciembre del 2007 informó que se trata de una pisada humana, de una persona adulta “con estructura ósea ya osificada”, de 1,70 a 1,75 metros de estatura con un peso de unos 70 kilos, “de contextura física robusta”.

“La huella presenta cinco dedos y de acuerdo a lo que se puede observar los pulpejos de cada uno de los dedos son bastante robustos, presentando cada uno de ellos una ubicación correcta por lo cual la huella plantar nos da a conocer que existía un buen abanico de tracción y una buena bipedestación”, señala el informe del podólogo Guillermo Lazcano.

Otro dato del análisis podológico indica que “al llegar a la región del Istmo se puede observar que dicha huella plantar tiene una tendencia de pie precavo, vale decir un empeine alto”, además, que “por el ancho de la huella plantar el individuo no utiliza calzados”, deduciendo que “camina en terreno o superficies no uniformes” como rocas, grava y arena, entre otras.

Los siguientes pasos consistieron en una evaluación antropóloga a cargo de Danilo Villamor, antropólogo físico con especialidad en Antropología Forense de UNAR, y otra geóloga, realizada por Germán Núñez, que comenzaron en febrero del 2008.

El estudio antropológico establece que la impronta en roca sólida que “pertenece a una cadena rocosa de una antigüedad mayor a los 7 millones de años”. A simple vista es poco notoria, debido a que “su relieve en realidad es menor al centímetro”.

“Llama mucho nuestra atención la perfección anatómica que presenta esta huella, ya que, entre otras cosas, pudimos observar la posición adelantada que tiene el segundo dedo respecto a los demás, una característica que en términos antropológicos es visible en grupos andinos actuales y de la antigüedad”.

El antropólogo Villamor asegura que inclusive “se analizó la posibilidad de que se tratase de una representación “tallada” en la roca, sin embargo, basados en las observaciones respecto a la morfología de la huella, sus proporciones y exactitud anatómica, consideramos que es probable que se trate de una impresión plantar por pisada humana”.

Wiñáytaypiqala
La “Comunidad de la Sabiduría Ancestral” es una entidad privada que agrupa a investigadores de diversas ramas, que por más de 30 años dedicaron sus estudios a “revalorizar el conocimiento heredado por las culturas prehispánicas”. En la actualidad tiene centros en Argentina, Bolivia, Chile, Ecuador y Perú.

En el país forman parte de la comunidad Alejandro Copa, Freddy Arce, Jorge Miranda, Danilo Villamor, Manuel de la Torre, Mariano Dupleich, Fernando Calderón, Juan Torrez, Antonio Portugal, Guillermo Lange, Ariel Infante, Leocadio Ticlla, Eusebio Gironda, Silvestre Patzi, Freddy Blanco y Roberto Hidalgo.

Fuente: Lapatriaenlinea [...]

1 comentarios:

Anónimo dijo...

Me parece que esa huella solo es producto de la creatividad y afán de tener algo nuevo y raro.

Mas detalles en:
http://www.adn.es/tecnologia/20080530/PGL-0005-descubrimiento-huella-hombre-antigua-Bolivia/ADNIMA20080529_4934.html#a_comentarios